martes, 14 de julio de 2015

El gran cuaderno

(de Agota Kristof).


Nos reunimos numerosas personas para hablar de El gran cuaderno,  primera parte de la trilogía Claus y Lucas, de Agota Kristof. El local donde nos encontramos es ruidoso y no nos oímos bien entre nosotros. Aun así, no nos abate el desaliento y la tertulia transcurre de manera animada.

Nuestra guía espiritual destaca la adaptación del estilo a la  historia que se cuenta. Todo está narrado con crudeza y objetividad.  "Debemos escribir lo que es, lo que vemos, lo que oímos, lo que hacemos. (...) Las palabras que definen sentimientos son muy vagas; es mejor evitar usarlas y atenerse a la descripción de los objetos, de los seres humanos y de uno mismo, es decir, a la descripción fiel de los hechos."
Alguien plantea el tema central de la novela. Dice que es el proceso de insensibilización del ser humano, proceso que culmina en la peor de las pruebas: la separación. Los demás asienten. Otro añade que la autora trata de manera novedosa las consecuencias de la guerra en los niños.  Esto lleva a alguno a hablar de la crueldad infantil, que en la obra adquiere gran importancia.

Alguien habla de la enorme construcción literaria que suponen los gemelos; resulta difícil que puedan existir personajes tales.  Ningún niño puede ser así, ni escribir así. Pero es posible dentro del juego literario. Pasamos a hablar de los monstruos creados por la guerra. No se salva ningún personaje. Pero al mismo tiempo todos consiguen que te compadezcas de ellos.

A algunos les han conmocionado pasajes de la obra tan impactantes como el de Cara de Liebre y el perro; otros ven en la novela ecos de cuentos infantiles, como los tópicos de los niños abandonados o la bruja, aunque con giros inesperados que no aparecen en esos cuentos.

Alguien saca a colación los ejercicios de endurecimiento que practican los niños, auténticos ejercicios de deshumanización para vencer todo aquello que hace daño. Tal vez se puedan explicar por el gran dolor que supone el no ser querido.

Por último, hablamos del único momento de emotividad que se permiten los gemelos, el capítulo en que se guardan por turnos la carta de la madre bajo la camisa, junto al corazón.

Esta tertulia es el cierre del presente curso. Como manda la tradición, votamos cuál ha sido la mejor novela que hemos leído este año.  Sale ganadora El gran cuaderno. Nuevamente votamos para decidir qué tertulia ha sido la mejor.  Otra vez resulta vencedora El gran cuaderno.


Alguien quiere saber qué libro vamos a leer para la tertulia posterior al verano. Le respondemos que la novela de Jaume Cabré Jo confesso, disponible también en su traducción al castellano, Yo confieso.