sábado, 19 de abril de 2008

VIOLETAS DE MARZO


Violetas de marzo, protagonista de nuestra tertulia del pasado jueves, es la primera parte de la tetralogía Berlín noir, del escocés Philip Kerr, un autor bastante desconocido en España (salvo, quizá, entre los profesores de Filosofía, que leímos hace unos años el thriller futurista Una investigación filosófica). Creo que recojo fielmente la opinión de la mayoría de los tertulianos si digo que casi todos leímos la novela con bastante rapidez y cierto agrado, pero ninguno tiene la intención de leer los tres títulos restantes (quizá sea esta una buena ocasión para recordar que uno de los objetivos de esta tertulia era, precisamente, aprender a distinguir una buena novela de otras mediocres o, directamente, malas y creo que, con esta novela, todos hemos aprendido esa lección).

Nuestra madre fundadora inició la tertulia hablándonos de los tópicos, quizá excesivos, que contiene, tanto en los personajes como en la trama y en el estilo (mención especial merecieron esas comparaciones que, al menos en la traducción castellana, chirrían bastante y de las que el autor abusa sin pudor) y pasó el testigo a Jesús, nuestro “especialista” en novela negra, que nos explicó algunos de los rasgos del género y comparó a los grandes maestros, Chandler o Hammett, con Kerr, concluyendo que éste último es un buen aprendiz de aquellos… pero no logra evitar la nostalgia de los grandes del género.

Violetas de marzo, efectivamente, contiene todo lo que se debe exigir a una novela negra: un detective que fuma y bebe como un cosaco, un collar de diamantes robado de una caja fuerte, una estrella de cine, muchos matones de distinta calaña, mamporros aquí y allá, algunos policías corruptos…, y todo eso con el trasfondo del Berlín nazi. Es verdad que ese detective tan “americano” no termina de encajar en la Alemania de Hitler, pero no es menos cierto que, para la mayoría de nosotros, lo más interesante de la novela fue precisamente el retrato de esa sociedad que, mirando hacia otro lado, permitió que un déspota infantil y sin escrúpulos, arropado por una panda de cobardes descerebrados, condujese a la humanidad al pozo más negro que podamos imaginar.
Menchu, sin nuestros queridos Miguel y Juan, que no pudieron asistir por estar recuperándose de sus dolencias, nos explicó el marco histórico, facilitándonos un magnífico dossier que nos permite conocer algo más de la historia reciente de Alemania (aunque no nos permite entender lo ininteligible).

La novelita nos ha permitido seguir los pasos del detective Bernie Gunther a lo largo de Unter den Linden, el hotel Adlon, la Friedrichstrasse o la estación de Zoo... (qué buenos recuerdos de Berlín) buscando un collar de diamantes y unos “papeles”, cuyo rastreo nos ha llevado a un campo de concentración. Allí, en unas pocas páginas, y quizá un poco atropelladamente, se desembrolla todo el misterio. Un final que no gustó a la mayoría, pero que fue defendido por Luis (y, tratándose de él, igual lo hizo sólo por llevar la contraria).
En fin, una novela que olvidaremos pronto… y una tertulia un pelín más incómoda de lo normal.

El libro propuesto para la próxima tertulia, que se celebrará el 22 de mayo, es La cocina del azafrán, de Yasmin Crowther (“una historia sobre familias y amantes: cómo hieren, traicionan y se vengan unos de otros”). Y, como es la última lectura de la temporada, después de la tertulia nos iremos de cena (que no sólo de libros vive el hombre).

Por último, os informo que le ha sido concedido a Luis Leante el premio al mejor libro murciano del año. ¡Cuántas alegrías nos das! Enhorabuena.

2 comentarios:

Juan dijo...

Ya se sabe que las violetas de marzo no son "rara avis" sino que crecen con cierta frecuencia. Sólo necesitan una zona de abrigo donde cobijarse y desarrollarse. Suelen secretar una sustancia que no permite que crezcan otras plantas a su alrededor.
Y las peores son las violetas de marzo que crecen en abril.

Carolina dijo...

Como todo buen estudiante, la mayoría nos hemos enterado del pequeño incidente del jueves, gracias a cierta fotocopia de periódico colgada en la puerta de la sala de profesores. A mi me gusta la novela negra, aunque me gustan muchos tipos de novela en realidad, así que no creo que lea el libro, aunque tampoco tengo mucho tiempo para hacerlo. Quizás nos veamos el jueves en la presentación del nuevo libro de Luís. Bye ^o^