sábado, 9 de febrero de 2019

El cuento de la vida

(de Fernando Villamía)



     Siempre es un auténtico lujo contar en nuestras tertulias con la presencia de autores que nos hablen de sus obras. Ya en otras ocasiones hemos disfrutado de la compañía de Luis Leante, de nuestra querida Josune Intxauspe (en su faceta de novelista) o de Lola López Mondéjar.  En nuestra última cita tuvimos el placer de contar con Fernando Villamía, que nos hechizó con sus palabras al igual que antes lo había hecho con su novela El cuento de la vida.

     La obra, que obtuvo el XIX Premio de Novela Ciudad de Badajoz, nos cuenta la vida de un exoficial nazi, sus relaciones con el ocultismo y las circunstancias que rodean su truculenta muerte. Con una prosa exuberante y que en ocasiones coquetea con lo poético, Villamía nos sumerge en una intriga propia de la más genuina novela negra salpicada por doquier de auténticos cuentos que adquieren entidad propia. De hecho, el mismo autor reconoce que se mueve con más comodidad en el relato breve (prueba de ello es su gran cantidad de relatos premiados en numerosos certámenes literarios, entre los que podemos destacar El traje, ganador del XXX Concurso Hucha de Oro 2002,  Polaroid, premio Los Monegros 2014, ¿Puedo ir a lavarme las manos?,  premio Gabriel Miró 2008 o Concierto para sirenas, relato galardonado con el premio Max Aub 2013).

     Pese a esa supuesta y reconocida incomodidad con el formato novelístico, Villamía nos conduce de forma magistral a lo largo de las páginas de su obra sin que en ningún momento decaiga el interés. Los relatos de los trabajadores de la Fundación Gnosis, aunque pudiera parecer que ralentizan el transcurrir de la trama, incitan al lector a esperar qué va a narrar el siguiente, como si de una moderna Sherezade se tratara.

     Nos contó el autor cómo surgió la idea de la novela durante un viaje a Noruega, cuando conoció la existencia de los Lebensborn, las “granjas reproductoras” de la raza aria, e investigó en las consecuencias que estos experimentos de eugenesia tuvieron en la población y en las desdichadas vidas de los miles de niños y niñas que dejó tras de sí esta demencial práctica. A este respecto se han escrito numerosas obras y filmado algunas películas, entre las que podemos destacar la producción germano-noruega de 2012 Dos vidas, basada en una novela de la escritora alemana Hannelore Hippe.

     El tema del ocultismo, tan presente en la obra, parece ser que realmente obsesionó a los altos mandos nazis, quizás por sentirse ellos también de algún modo tocados por la divinidad. Villamía afirmó que, tras la rigurosa labor de documentación que tuvo que realizar para poder hablar de este mundo, también él llegó a estar interesado en este universo mágico, aunque no hasta el punto de fundar el Museo del Quizás que aparece en su novela.

     También nos confesó que, tras una relectura de su propia obra, quedan detalles que no acaban de gustarle, como el hecho de que haya una sola voz narrativa y que todos los personajes, pese a sus variadas características y orígenes, se expresen con un mismo tono, un mismo estilo (el del autor, en definitiva). Lo que el propio autor considera un defecto nosotros lo vimos como una opción literaria, tan válida como la de adoptar diferentes tonos.

     De la lectura de El cuento de la vida, así como de su anterior novela Judith y Holofernes (editorial Algaida 2009, XXVII Premio de Novela Felipe Trigo) podemos extraer la conclusión de que Fernando Villamía tiene especial predilección por presentarnos a unos personajes femeninos dotados de una espectacular fuerza tanto vital como vengativa, semejantes a walkirias del siglo XXI, mujeres provistas de un enorme poder para manejar el mundo que las rodea. Las pinceladas con las que nos describe su perfil psicológico resultan magistrales, tanto como su indiscutible habilidad para lograr las bellísimas descripciones que pueblan las páginas de sus novelas, descripciones que en ocasiones rayan el preciosismo.

     De nuevo aprovechamos la ocasión para agradecer a Fernando Villamía su presencia en nuestra tertulia y para felicitarlo por su buen hacer novelístico, al tiempo que esperamos con ansiedad la publicación de sus nuevas creaciones literarias.   

     La próxima tertulia, el 28 de marzo, se centrará en La ley del menor, de Ian McEwan. Hasta entonces, ¡feliz lectura!



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